Senegal, desde los ojos de un Toubab en moto: Sádabo 4 de Agosto

Senegal, en una moto que no es mía y que no sé como estará, en solitario y en época de lluvias...voy pensando todo esto en el avión que me lleva a Dakar y no puedo evitar cierto cosquilleo en el estómago.

Llego al aeropuerto de Dakar a la 1:30 de la mañana, palizón de viaje, pero con toda la ilusión. En el aeropuerto me está esperando Rafael, que majete. Ha venido a buscarme con una furgoneta para el equipaje y con la moto!!!! Me dice, venga, ponte el casco y llevas la moto, así la pruebas! La moto tiene aspecto de viejecilla pero en el primer contacto con Rafael de paquete veo que va bien, el motor funciona redondo y parece bien puesta a punto.

Llegamos al hotel que me ha reservado Rafael y allí nos tomamos unas cervezas con el dueño, que es español y una española que había allí, así que esa noche me voy a dormir a las tantas. Por cierto, el españolito del hotel me pegó la clavada el viaje!!. Al día siguiente he quedado con Rafael en su casa a las 9:30 para recoger la moto y ponerme en marcha. Viene el dueño de la moto, senegalés, hacemos un contrato manuscrito en un folio y al lío!!

Rafael me ha montado una rueda trasera de tacos y mousses en las dos ruedas.
Primer día, difícil de describir, no tenía pensado subir a Saint Luois, pero ayer Rafael y la española del hotel me convencieron para que lo hicieras y ha sido un acierto, 250 km con la moto por la playa, bestial, pasando por pueblos de pescadores con mil cayucos de colores, infinitos pescados salándose y secándose al sol, paso por el mítico Lago Rosa viendo como extraen la sal en las barcazas y las mujeres la sacan portándola en cestas de 30 kg sobre las cabezas.

El lavado de la cabra

Las mujeres son increíblemente bonitas, sensuales, vestidas con vestidos ajustados llenos de colores. La gente es alegre, amable, extrovertida y siempre con una sonrisa.

Me he cargado un par de hilos de pescadores, pero hay que ver como reacciona esta gente.

Desenredando un hilo de la rueda trasera

30 kilos de sal sobre la cabeza

Recogiendo sal en el Lago Rosa

Al final, llegando a Saint Louis los problemas. la Transalp se ha comportado de coña en la arena, manejable y dócil, pero el mousse trasero a saber de que era, ha llegado deshecho. Mañana me las tendré que apañar para que me metan una cámara, es domingo de Ramadán, dificil. En la entrada de Saint Louis me ha parado la poli, extorsión en toda regla. Que estaba prohibido alquilar motos, que a la comisaría y la moto inmovilizada. Lo hemos solucionado con una hora de discusión y el pago de un sobornazo de escándalo, 22 euros, después de un regateo en el que me pedían 35 euros. No es por los 22 euros en si, pero la situación me ha cabreado. Cansado, preocupado por qué solución le doy a la rueda, pero feliz, esto es una pasada.

Cayucos de mil colores

Jugando en la arena

La transalp está decente, viejita pero parece que va bien, el problema de la rueda nada más. En la salida de Dakar la gente lleva sus cabras a la playa y los niños lavan las cabras con jabón en la olas, uno la sujeta y otro las lava, cabras relucientes! Por la playa te vas cruzando con carros tirados por un burro transportando sacos de cebollas, vacas con cuernos gigantes, se cruzan cien mil cangrejos enormes más veloces que Usain Bolt, aunque me temo que varios han muerto atropellados, la transalp corre más que ellos. Hay dos millones de niños, todos felices, bañándose en la playa o pescando. Son mil sensaciones que se atropellan y mil ocasiones de hacer fotos

Carrera de cuadrigas cebolleras

Tod el mundo sonrie y saluda

Me han montado un mousse de 18 y lo ha tenido que cortar para poder meterlo en la rueda de 17, resultado, se desintegra...pese a mi fama, juro haber cuidado la mecánica y el mousse, consciente de que era clave que durara. No soy culpable!